El Corrido del Liebro


En este mundo traidor, nadie de morir se escapa,
Muere el tigre muere el león, muere el cura y muere el papa,
hoy murió de cara al sol, con sus espuelas de plata,
Miguel Montiel el campeón, el liebro de quetzalapa.
Fue un 22 de febrero, domingo día de gran gala,
aborregado aquel cielo, algo malo presagiaba,
y al estilo de guerrero, la fiesta se celebraba,
capital del jaripeo, hermosa ciudad de iguala.

Los programas se anunciaban, mano a mano con juliantla,
en los toriles bramaban los toros de joan sebastian,
y en aquel lienzo bailaban, caballos de buena raza,
la corrida organizaba, Roberto Beto Galarza,
al fin le toco su turno, en esa dura batalla,
al toro estrella el canguro, que otro amigo le tocaba,
para no pasar apuros, al liebro se lo dejaban
Miguel el fue de seguro, ya había pisado la raya.

Un reparo una revuelta, y el toro se disparo,
Cuando el liebro con la espuela, derecha lo castigo,
dando en el aire una vuelta, sobre sus lomos cayo,
todo el mundo se dio cuenta, que el liebro se le quedo,
corrieron los caporales, y toreros muy pendientes,
Beto grito a los corrales, denle puerta fuera gente,
pero ya todo era tarde, miguel se encontraba inerte,
haciéndole honor al arte, lo habría besado la muerte,

Junto con sus compañeros, por ultimo partió plaza,
tendido en un burladero, que hizo las veces de caja,
el capote de un torero, le pusieron por mortaja,
los valientes de guerrero, se mueren mas no se rajan,
siento una pena muy honda, y por eso me despido,
comprendan y correspondan, a todo lo sucedido,
el liebro murió en la forma, como el hubiera querido,
el me brindo aquella monta, yo le brindo este corrido.