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Abrimos la puerta sin cerradura
El ruido se hace testigo en un grabador
Las latas presencian la hermosura,
Mientras sepultan al espectador

Y las luces caen
En el treinta y cuatro y medio

En la heladera yacen recuerdos,
De aquella sangre que alguna vez aqu toc
Los perros arruinan aquel momento,
Y quedan delatados por un grabador

Y las luces caen
En el treinta y cuatro y medio

Solo

Y las luces caen, y las luces caen,
Y las luces caen
En el treinta y cuatro y medio.
(Y las luces caen, y las luces caen,
Y las luces caen
En el treinta y cuatro y medio).