La hija del rey


Todo te di,
tú que siempre quieres más.
Pobre infeliz,
para tragar primero has de masticar.

Cómo te voy a querer
si no has dejado ni un pastel.
Quise creer
que esta vez tu ambición ya no me iba a doler.

Porque quieres siempre todos los regalos
y los quieres antes del amanecer.
Sé que crees que nadie puede hacerte daño,
pero me estás salpicando sin querer.

Vienes a mí,
no sé que esperas encontrar.
Debes saber
que hay cosas que el rey no te podrá comprar.

Porque quieres siempre todos los regalos
y los quieres antes del amanecer.
Sé que crees que nadie puede hacerte daño,
pero me estás salpicando sin querer.

Porque quieres siempre todos los regalos
y los quieres antes del amanecer.
Sé que crees que nadie puede hacerte daño,
pero me estás salpicando sin querer..